lunes, 23 de noviembre de 2009

Un día de reencuentros

Viernes 13. Llega a mi móvil un mensaje invitándome a asistir a la XV Intermunicipal del Partido Popular que se celebra el fin de semana siguiente, y que cerrará Mariano Rajoy. Dudo. Debe ser un error, seguro que lo es. Pero... ¿por qué no?. Sí, voy, ya estoy harto de estar "encerrado" y quiero ver a mis amigos de San Juan, Gelves, Sevilla, Burguillos, Tomares, Coria, etc. También quiero escuchar a los "Presis", a Rajoy y a Arenas.

Sábado 21. Recojo a mi buen amigo Pedro y salimos hacia la Isla de la Cartuja. Mi intención es pasar desapercibido, ir, ver, oír, y largarme rapidito. Pero nada más entrar me encuentro con las primeras caras de desaprobación, pero me da igual. Saludo cortesmente, quizás soy demasiado cortés, seguro que alguno de los presentes le sacará punta a mi presencia allí. Entro en la sala, (ya conocida por mí), y está hablando Javier Arenas. Su discurso me es conocido también, no todo por supuesto, pero las coletillas sí las conozco. Es agradable de escuchar porque sabe darle el tono al discurso según vaya necesitando incidir en algo, o soltar uno de sus toques simpáticos, que siempre agradece el auditorio con risas espontáneas. Incide en el gasto desorbitado de la Junta, en los muchos coches oficiales, en la excesiva cantidad de delegados provinciales, en las encuestas, lo que le dicen los andaluces por la calle sobre la situación de Andalucía, sobre el paro, sobre el campo, etc, etc.

Llega la hora de Mariano Rajoy. Me sorprende con algo nuevo. Un chaval de Huelva le ha escrito un discurso sobre la visión del ciudadano del municipalismo, y que él resume en unos cuantos puntos importantes. La visión del chaval es rotunda. No creo que en la sala nadie discrepe de lo que lee Mariano Rajoy, todos estamos absolutamente de acuerdo. Pero me sigue sorprendiendo. Creía que venía a escuchar un discurso sobre la situación de España, como siempre, pero la mayor parte de su discurso se ha estructurado en base al municipalismo, cosa lógica pero que no suele ser común. Después anuncia que esta semana va a presentar a todos los partidos un paquete con 50 medidas para evitar la corrupción en la política, sobre todo en el ámbito de los ayuntamientos. Puntualiza que son medidas abiertas a consenso y que le gustaría que todos los partidos participaran aportando ideas. Hace un breve resumen de algunas de ellas. Me gustan, son audaces y muy lógicas. Hay que regenerar la política.

Hace una pausa intencionada y dice... "El Alakrana", nueva pausa interrumpida por un murmullo de voces susurrantes. Le da un breve repaso a la política exterior española y el público se remueve en sus asientos asintiendo vivamente con la cabeza. Se los ha ganado. Termina el acto con aplausos y caras de cansancio después de dos días de discursos, coloquios y charlas.

Llega la hora de la salida. Abrazos, besos, saludos desde lejos. Alguno hay que me pregunta por mi desaparición de los actos del partido y me veo en la obligación moral de dar alguna explicación. Caras de sorpresa. Me hago alguna foto con amigos, aunque evito aparecer en las oficiales.

La tarde termina como sabía que iba a acabar, de copas con los amigos, hablando de política y riéndonos de todo y de todos, sobre todo de nosotros mismos. He dejado la política pero los amigos siguen estando ahí, eso sí que importa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué te pasa Rafael? Tienes nostalgia? No te apenes, tu sustituta no te llega ni a la altura del zapato.
Has leido el saludo de la presidenta de la página oficial del PP Castilleja?. Si no tiene 10 faltas de ortografía no tiene ninguna.
Qué envidia le puedes tener a alguien que se cree tan superior que no es capaz de pasar un corrector ortográfico?
Qué pena de PP!

Anónimo dijo...

Solo decir algo que creo que ya sabes. Se os sigue echando de menos a ti y a Pedro, dentro y fuera del partido. El PP en Sevilla debia tomar nota.

Rafael Baena dijo...

Sí, tengo nostalgia de los amigos que he hecho en el PP, de los buenos ratos que hemos pasado juntos. Tengo nostalgia de la cervecita y las risas en el Alfonso después de trabajar en la sede. Tengo nostalgia de muchas cosas, pero no de la política en sí, sino de la gente con la que he tenido la suerte de compartir una de las mejores etapas de mi vida.
¿Envidia?¿de qué o de quién?, no envidia no tengo, te lo puedo asegurar. He ganado en tranquilidad, en tiempo libre para disfrutar de mi familia, en horas de sueño, etc, etc, etc.