La ambición personal es un contrasentido en política, es el primer error del político profesional, y es el mayor error de los partidos políticos. Alentar a personas que ven el futuro del partido como una vía de enriquecimiento es simplemente dinamitar el poco crédito que el ciudadano pone en sus manos.
Parte de culpa tenemos los afiliados o simpatizantes de los distintos partidos. La falta de democracia interna en los principales partidos deja en manos de unos pocos “agraciados” las decisiones más importantes, es decir, la planificación del futuro de un partido generalmente la deciden quienes son profesionales de esto, y las decisiones que se toman no se suelen poner a consideración de las bases, no se votan, y por tanto las bases no tienen poder decisorio.
En la coyuntura en la que nos encontramos dejamos en manos de personas inadecuadas los destinos de nuestros partidos políticos y la consecuencia de eso es la pérdida de confianza del ciudadano, que empieza a ver a los políticos como sanguijuelas a las que les importa más sacar rédito personal que solucionar los problemas de todos, o bien anteponen los intereses del partido al interés general. La consecuencia de todo esto es la desconfianza que genera la política en la sociedad actual.
Para recuperar esa confianza se lanzan eslóganes populistas, se recurre a la demagogia y por consiguiente a la mentira. Hay que mover la balanza hacia un lado u otro a toda costa, y los recursos empleados insultan a la inteligencia de un pueblo cansado de mentiras y manipulaciones. El caso Gürtel en el PP es un fiel reflejo de lo que la política profesional deja en la mala estructura de un partido. Spain is diferent, pero la rapiña es un rasgo genético en la política española que nos ha estigmatizado desde siempre. Pero no solo el PP tiene su Gürtel, también el PSOE tuvo su Filesa, o el caso de los fondos reservados, o el caso de las facturas falsas en el ayuntamiento de Sevilla, o actualmente el caso de la subvención de Chaves a la empresa de su hija. El dinero en manos de políticos profesionales es una bomba de relojería que tarde o temprano los acaba pringando.
La verdadera política se hace en el ámbito local, o al menos así era antes, pero la confrontación entre partidos ha llegado a nuestras casas en forma de periódicos en las que las formaciones políticas se acusan mutuamente de mentir, e intoxican al ciudadano con opiniones desacertadas y, en la mayoría de los casos, falsas. También internet está empezando a ser un campo más de batalla, donde se recurre al descrédito, a desinformar, a la demagogia y a distorsionar la información para hacer ver al contrario como un enemigo del pueblo. Hay buenos y malos, como en las películas del oeste, hay hasta un feo al que parecen ignorar. Hay varios salvadores, la persona que intriga y que malmete, hay duelos al sol y personas que se ocultan tras las ventanas para no recibir una bala rebotada, que aparentan que no les interesa lo que ocurre, pero que miran a través de las cortinas para cotillear algo. Un pueblo atemorizado por los malos que se niega a ver una solución, a mejorar su calidad de vida. No gusta lo que hay, pero tampoco gusta lo que puede haber. Lo dicho una película del oeste.
Y mientras tanto ahí están los que rigen nuestros destinos. Los unos se indignan porque los otros les acusan de hacerse un seguro médico, pero no lo desmienten, y desvirtúan la información escudándose en los trabajadores y funcionarios. Los otros, poco avispados, votan en contra de la medida (en vez de abstenerse y explicarlo) y deben dar explicaciones luego mediante un comunicado por internet, que además firma el comité local en vez del grupo municipal. Los plenos parece que son una casa de locos, donde el respeto por el adversario brilla por su ausencia, donde el enfrentamiento entre grupos ha llegado al punto de ebullición. Unos sacan un periódico cargado de inexactitudes y medias verdades, y los otros sacan otro vanagloriándose de sus éxitos políticos y como arma contra el enemigo. Unos sacan en su web unos datos inexactos sobre los sueldos de los concejales (ya lo he comentado en alguna ocasión) y los otros anuncian la aparición de un periódico mensual con una tirada de 7.500 ejemplares donde se dará rienda suelta a las excelencias de nuestro pueblo y de paso, casi con seguridad, de las del equipo de gobierno.
En fin… cada vez falta menos para las elecciones municipales, aumentará la intensidad de la confrontación y habrá más mentiras y más medias verdades. Mientras tanto seguiremos confiando en Zapatero, en el pleno empleo, en el repunte de la crisis (ya hemos tocado fondo ¿no?), en la europa social, en el cambio climático, en la alianza de civilizaciones, en la afirmación de que la crisis no la vamos a pagar los ciudadanos (impuestos sobre el tabaco y el combustible aparte), en que el empleo aumentaría en Marzo (no dijo el año), en que el gobierno nos enseñe a educar a nuestros hijos, a ser mejores hombres, a que nuestros hijos menores de edad tomen las decisiones sin necesidad de recurrir a sus padres…. etc, etc, etc, etc….