Con Mercasevilla y su ERE, la Junta de Andalucía tropezó la pasada semana donde no esperaba. El viernes, el comité de empresa hizo públicos nuevos documentos que comprometen a la Administración regional con el pago de las prejubilaciones. Pero peor fue el despropósito interno del día anterior. En la mañana del jueves, la delegada del Gobierno regional, Carmen Tovar, se metió en un charco prometiendo a los trabajadores que la Junta «responderá» a su «desprotección» y «no les va a dejar tirados», lo que es lo mismo que asumir una responsabilidad política hacia ese colectivo. De esa responsabilidad ha estado huyendo durante meses la Consejería de Empleo, que varias horas después desautorizaba a la delegada por su brindis al sol. Ardieron los teléfonos. El malestar en el Gobierno regional con Tovar y su incontinencia verbal —letal en tiempos de delicados para el PSOE— empieza a ser difícil de ocultar. Ya fue desautorizada el verano anterior al referirse, erróneamente, al pago de la Deuda Histórica y algunos en el Ejecutivo señalan ya la necesidad de un pronto relevo. La ex alcaldesa de Castilleja, por si acaso, colabora ahora intensamente con Juan Espadas. Veremos.
Fuente: ABC
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